Respuesta:
las dos caras de la misma moneda. La única verdad que sabemos es que desde el momento en que nacemos, estamos muriendo poco a poco. Temerla es algo natural, el problema llega cuando el miedo es dominante. Los ataques de pánico, la ansiedad o cuando perjudica al día a día, entonces, es el momento de buscar ayuda.
La tanatofobia solo afecta al 2 por ciento de la población. No obstante, sin obsesionarnos, es buen pretexto para recordarnos que hay que pensar en la muerte y, sobre todo, aprender a verla como parte de este viaje que es la vida. Exponer lo que se teme es una de las técnicas que ayuda a relajarnos y a ver las cosas desde otra perspectiva.
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