Que los ciudadanos tengan doble moral resulta casi inevitable, pero que ja Justicia y la clase política también la tengan debería indignarnos. En este país si un pobre miserable roba una gallina para alimentar a sus hijos, la justicia le considera un malvado sin remedio; pero cuando alguien de renombre roba millones, le exculpa asegurando que ha tenido un mal momento.