*“Mientras pintaba sentí mucha nostalgia de las cosas que pasé durante mi niñez. Allí, cuando iba a bañarme a la cocha (laguna) me gustaba subir a los troncos, llegar a la rama más alta y desde allí saltar al agua compitiendo con los niños de mi edad. Acompañaba a mi abuelo en la pesca, rodeado de mucha vegetación, en época de creciente. Cuando pinto un árbol sé que tendrá el poder y la energía de la naturaleza”.*