Respuesta :
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“Entonces llamó el ángel de Yahvé desde el cielo diciendo: «¡Abraham, Abraham!». Él dijo: «Aquí estoy». Continuó el ángel: «No alargues tu mano contra el niño, ni le hagas nada, que ahora ya sé que eres temeroso de Dios, ya que no me has negado tu hijo, tu único»” (Gn. 22, 11-12).