Respuesta:
El jugador Había regresado por fin, después de dos se- manas de ausencia. Hacía tres días que los nuestros estaban en Ruletenburg, y pensaba que me esperaban con impaciencia, pero me equivoqué. El general me recibió con aire arrogante y me habló con altivez, me pareció, incluso, que mi presencia le violentaba. Era evidente que, de algún modo, habían conse- guido dinero. Me dijo que fuera a hablar con su hermana. María Filipovna estaba muy agi- tada. Tomó el dinero que yo le traía, lo contó y escuchó mi relato hasta el final. Fiódor Dostoievski (2006). Fragmento.