El fracaso desarrolla la fe. Es imposible desarrollar la fe blando de fe como es imposible aprender a jugar tenis mirando partidos de tenis mirando partidos de tenis. La fe es como un musculo: crece con el ejercicio. De todas las escuela el fracaso es la escuela de la fe. Dios nunca desaprovecha una oportunidad, muchas veces permite circunstancias negativas para expandir nueva fe.