Respuesta :
Dicen que hubo un religioso que cada día pedía limosna en la casa de un mercader rico, recibiendo pan, miel y manteca, además de otras viandas para comer. No dudaba en nutrirse a diario con el pan y el resto de manjares, guardando la miel y la manteca en una jarra, que colgaba a la cabecera de su cama. ESPERO Q TE AYUDE uWu