En el régimen Conservador, las luchas obreras eran parte de una conspiración subversiva, por lo tanto la manera en que hicieron una solución para poder acabar con la situación fue C. Legalizar los movimientos sindicales y el derecho a la huelga.
De esta manera, se logró llegar a acuerdos, por lo que se tomó en cuentas las acciones de los obreros, al igual que las horas que le dedican a diario por sus acciones, para que su trabajo valga.