Respuesta :
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El lenguaje político puede utilizarse de muchos modos. Con soltura, corrección, precisión, respeto y profusión léxica. Pero también de modo torpe, descuidado, ambiguo, despectivo o menesteroso. E incluso con ánimo insultante. En estos últimos casos, el lenguaje no propicia el diálogo, el entendimiento y el pacto. Por el contrario, obstaculiza la consecución de cualquiera de estos objetivos, que son pilares de la convivencia.
Explicación:
espero que te sirva, sino, dime para borrar esta respuesta :(